Introducción.

Un relato que nos recuerda que el final de una etapa no es una pérdida, sino una forma de renacer. Encuentra serenidad en los finales y aprende a fluir como el río.

El cuento: la enseñanza del río.

Un monje joven se acercó a su maestro con el ceño fruncido.

—Maestro —dijo—, siento una gran tristeza. He terminado de escribir el último capítulo de mi libro, y una parte de mí se ha ido con él. Me he despedido de algo que me ha acompañado por muchos años. ¿Cómo puedo encontrar la paz en este vacío?

El maestro sonrió y lo invitó a sentarse a su lado en la orilla de un río caudaloso. Ambos guardaron silencio, observando el agua fluir.

De repente, el maestro señaló una gota que se había desprendido de una rama que colgaba sobre el río y cayó en la corriente.

—Dime, ¿dónde está ahora esa gota? —preguntó.

El joven la buscó con la mirada, pero la gota ya se había mezclado con el vasto caudal.

—Ya no existe como gota —respondió el joven—. Se ha convertido en parte del río.

El maestro asintió.

—¿Crees que la gota está triste por haber dejado de ser ella misma? ¿Acaso el río se lamenta por recibirla?

El joven reflexionó un momento.

—No, maestro. La gota no se lamenta. Su viaje no ha terminado, simplemente ha cambiado de forma. Ahora es parte de algo mucho más grande. Su esencia sigue fluyendo.

—Así es —dijo el maestro, posando su mano sobre el hombro del joven—. Tú, como la gota, no has perdido nada. El ciclo de tu libro ha terminado, pero su esencia, tu sabiduría y tu esfuerzo, ahora forman parte de un río más grande. El río de tu vida. Este río te nutrirá para los nuevos ciclos que están por llegar.

La paz se instaló en el corazón del joven.

Enseñanza de la gota y el río: cuento zen

💮 Este cuento nos enseña que el final de una etapa no es una pérdida, sino una transformación.

Es la oportunidad de fusionarse con la vasta corriente de la vida para emprender un nuevo viaje.

El vacío que se puede sentir no es un final, sino que es el espacio necesario para que una nueva gota se formara y, a su debido tiempo, se uniera al río.